Nelson Mandela en la prisión de Robben Island |
En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años me halla,
y me hallará, sin temor.
Ya no importa cuan recto haya sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda:
Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma.
(Invictus, Willian Ernts Henley. 1875)
Cada uno tiene su cárcel. La mia no es ni de lejos tan dura como fue la de Mandela. Mis cárceles son mis miedos, al fracaso y a la soledad, mis inseguridades, por mi "no ser capaz", y hasta las comodidades que inundan mi vida, por raro que eso parezca. Todas ellas, cárceles que prueban cada día mi resistencia y determinación por alcanzar mis objetivos. Y a la vez, cárceles que me acompañan para ayudarme a seguir trabajando, a querer superarme cada día y a ser responsable de mi propia vida. Por eso acabo mi día con la alegría y la esperanza de levantarme mañana de nuevo, para seguir trabajando por lo que quiero.
Quizás tus cárceles sean las mismas, parecidas u otras bien diferentes a la mias. Incluso puede que no te parezcan cárceles. Pero todas esas cosa que te quitan la libertad, y te impiden ir a por aquello que deseas, de una manera lo son. Sean cuales fueren, no dejes que te impidan conseguir tus sueños,
"Se el amo de tu destino, se el capitán de tu alma".
Felices Sueños
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años me halla,
y me hallará, sin temor.
Ya no importa cuan recto haya sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda:
Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma.
(Invictus, Willian Ernts Henley. 1875)
Cada uno tiene su cárcel. La mia no es ni de lejos tan dura como fue la de Mandela. Mis cárceles son mis miedos, al fracaso y a la soledad, mis inseguridades, por mi "no ser capaz", y hasta las comodidades que inundan mi vida, por raro que eso parezca. Todas ellas, cárceles que prueban cada día mi resistencia y determinación por alcanzar mis objetivos. Y a la vez, cárceles que me acompañan para ayudarme a seguir trabajando, a querer superarme cada día y a ser responsable de mi propia vida. Por eso acabo mi día con la alegría y la esperanza de levantarme mañana de nuevo, para seguir trabajando por lo que quiero.
Quizás tus cárceles sean las mismas, parecidas u otras bien diferentes a la mias. Incluso puede que no te parezcan cárceles. Pero todas esas cosa que te quitan la libertad, y te impiden ir a por aquello que deseas, de una manera lo son. Sean cuales fueren, no dejes que te impidan conseguir tus sueños,
"Se el amo de tu destino, se el capitán de tu alma".
Felices Sueños
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