lunes, 23 de febrero de 2015

En un día como hoy... DESIDERATA

En un día como hoy, 23 de febrero, día en que muchas cosas buenas, y no tan buenas, han sucedido a lo largo de los años (y no hablo de historia política, si no de historia personal), me apetece compartir unas palabras que no son mias, pero que fueron regaladas para hacerlas nuestras.

Son palabras escritas por Max Erhmann en cumplimiento de un deber definido por él mismo como el de "dejar un humilde regalo". Humilde, como el que nos han regalado tantas personas que han llegado y se han marchado en este hermoso día. Por todos ellos, y por los que vendrán, "esforcémonos por ser felices".

"Camina plácido entre el ruido y la prisa,
y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio.

 En cuanto te sea posible y sin rendirte,
mantén buenas relaciones con todas las personas.
Enuncia tu verdad de una manera serena y clara,
y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante;
también ellos tienen su propia historia.

Evita a las personas ruidosas y agresivas,
ya que son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás,
puedes volverte vanidoso y amargado
pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus éxitos, lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea;
es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.

Sé cauto en tus negocios,
pues el mundo está lleno de engaños.
Pero no dejes que esto te vuelva ciego a la virtud que existe;
mucha gente lucha por altos ideales
y en todas partes la vida está llena de heroísmo.

Sé sincero contigo mismo,
Especialmente no finjas el afecto,
ni seas cínico en el amor,
pues en medio de todas las arideces y desengaños,
el amor es tan perenne como la hierba.

Acepta con cariño el consejo de los años, 
renunciando con elegancia a las cosas de juventud.

Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja de las adversidades repentinas,
mas no te agotes con pensamientos oscuros; 

muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Más allá de una sana disciplina,
sé amable contigo mismo.

Eres una criatura del universo,
al igual que los árboles y las estrellas;
tienes derecho a estar aquí.

Y, te resulte o no evidente,
sin duda el universo se desenvuelve como debe.


Por eso debes estar en paz con Dios,
cualquiera que sea tu idea de Él,
y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones.
Conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida.

Aún con todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos,
el mundo es todavía hermoso.

Sé alegre.
Esfuérzate por ser feliz"


DESIDERATA (1927)




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